jueves, 15 de enero de 2009

I Could Die
For You.


Hay días en que no puedo hacer nada para sobrevivir... y este es uno de aquellos. Nuevamente me encuentro sumida en un hoyo donde nadie me puede sacar más que yo. Una responsabilidad enorme cuando encuentro que lo único que quiero es volver atrás, donde estaba feliz, donde no cabía esta soledad enorme que ahora me pesa, más que nunca. Es probable que en un momento, me dé por vencida, aunque no planeo hacerlo una vez más, pero me encantaría que algun día pudiera decir... "salí por mí y no me arrepiento de nada, tengo recuerdos lindos y es todo lo que pudiera decir al respecto." Pero no puedo hacerlo, lo único que pasa en mi mente, son recuerdos de momentos preciosos, de momentos que en mi vida no volverán por motivos obvios. Lo único que me queda, es sobrevivir, aprender a vivir con esto. Sin Olvidar decir... Aún te amo y mas que siempre, más que nunca... como siempre fue.

domingo, 28 de diciembre de 2008

Jorge Luis Borges.- Ulrica



Mi relato será fiel a la realidad o, en todo caso, a mi recuerdo personal de la realidad, o cual es lo mismo. Los hechos ocurrieron hace muy poco, pero sé que el hábito literario es asimismo el hábito de intercalar rasgos circunstanciales y de acentuar los énfasis. Quiero narrar mi encuentro con Ulrica (no supe su apellido y tal vez no lo sabré nunca) en la ciudad de York. La crónica abarcará una noche y una mañana.
Nada me costaría referir que la vi por primera vez junto a las Cinco Hermanas de York, esos vitrales puros de toda imagen que respetaron los iconoclastas de Cromwell, pero el hecho es que nos conocimos en la salita del Northern Inn, que está del otro lado de las murallas. Eramos pocos y ella estaba de espaldas. Alguien le ofreció una copa y rehusó.

-Soy feminista -dijo-. No quiero remedar a los hombres. Me desagradan su tabaco y su alcohol.

La frase quería ser ingeiosa y adiviné que no era la primera vez que la pronunciaba. Supe después que no era característica de ella, pero lo que decimos no siempre se parece a nosotros.

Refirió que había llegado tarde al museo, pero que la dejaron entrar cuando supieron que era noruega.

Uno de los presentes comentó:
-No es la primera vez que los noruegos entran en York.
-Así es -dijo ella-. Inglaterra fue nuestra y la perdimos, si alguien puede tener algo o algo puede perderse.

Fue entonces cuando la miré. Una línea de William Blake habla de muchachas de suave plata o furioso oro, pero en Ulrica estaban el oro y la suavidad. Era ligera y alta, de rasgos afilados y de ojos grises. Menos que su rostro me impresióno su aire de tranquilo misterio. Sonreía fácilmente y la sonrisa parecía alejarla. Vestía de negro, lo cual es raro en tierras del Norte, que tratan de alegrar con colores lo apagado del ámbito. Hablaba un inglés nítido y preciso y acentuaba levemente las erres. No soy observador; esas cosas las descrubrí poco a poco.

Nos presentaron. Le dije que era profesor en la Universidad de los Andes en Bogotá. Aclaré que era colombiano.

Me preguntó de un modo pensativo:
-¿Qué es ser colombiano?
-No sé -le respondí-. Es un acto de fe.
-Como ser noruega -asintió.

Nada más puedo recordar de lo que se dijo esa noche. Al día siguiente bajé temprano al comedor. Por los cristales vi que había nevado; los páramos se perdían en la mañana. No había nadie más. Ulrica me invitó a su mesa. Me dijo que le gustaba salir a caminar sola.

Recordé una broma de Schopenhauer y contesté:
-A mí también. Podemos sair los dos.

Nos alejamos de la casa, sobre la nieve joven.

No había un alma en los campos. Le propusé que fuéramos a Thorgate, que queda río abajo, a unas millas. Sé que ya estaba enamorado de Ulrica; no hubiera deseado a mi lado ninguna otra persona.

Oí de pronto el lejano aullido de un lobo. No he oído nunca aullar a un lobo, pero sé que era un lobo. Ulrica no se inmutó.

Al rato dijo como si pensara en voz alta:
-Las pocas y pobres espadas que vi ayer en York Minster me han conmovido más que las grandes naves del museo de Oslo.

Nuestros caminos se cruzaban. Ulrica, esa tarde, proseguiría el viaje hacia Londres; yo, hacia Edimburgo.
-En Oxford Street -me dijo- repetiré los pasos de Quincey, que buscaba a su Anna perdida entre las muchedumbres de Londres.

-De Quincey -respondí- dejó de buscarla.

Yo, a lo largo del tiempo, sigo buscándola.

-Tal vez -dijo en voz baja- la has encontrado.

Comprendí que una cosa inesperada no me estaba prohibida y le besé la boca y los ojos.

Me apartó con suave firmeza y luego declaró:
-Seré tuya en la posada de Thorgate. Te pido mientras tanto, que no me toques. Es mejor que así sea.

Para un hombre célibe entrado en años, el ofrecido amor es un don que ya no se espera. El milagro tiene derecho a imponer condiciones. Pensé en mis mocedades de Popayán y en una muchacha de Tezas, clara y esbelta como Ulrica que me había negado su amor.

No incurrí en el error de preguntarle si me quería. Comprendí que no era el primero y que no sería el último. Esa aventura, acaso la postrera para mí, sería una de tantas para esa resplandeciente y resuelta discípula de Ibsen.

Tomados de la mano seguimos.

-Todo esto es como un sueño -dije- y yo nunca sueño.

-Como aquel rey -replicó Ulrica- que no soñó hasta que un hechicero lo hizo dormir en una pocilga.

Agregó después.

-Oye bien. Un pájaro está por cantar.

Al poco rato oímos el canto.

-En estas tierras -dije-, piensan que quien está por morir prevé el futuro.

Y yo estoy por morir -dijo ella.

La miré atónito.

-Cortemos por el bosque -la urgí-. Arribaremos más pronto a Thorgate.

-El bosque es peligroso -replicó.

Seguimos pos lor páramos.

-Yo querría que este momento durara siempre -murmuré.

-Siempre es una palabra que no está permitida a los hombres -afirmó Ulrica y, para aminorar el énfasis, me pidió que le repitiera mi nombre, que no había oído bien.

-Javier Otálora- le dije.

Quiso repetirlo y no pudo. Yo fracasé, parejamente, con el nombre de Ulrikke.

-Te llamaré Sigurd- declaró con una sonrisa.

Si soy Sigurd -le repliqué- tu serás Brynhild.

Había demorado el paso.

-¿Conoces la saga?- le pregunté.

-Por supuesto -me dijo-. La trágica historia que los alemanes echaron a perder con sus tardíos Nibelungos.

No quise discutir y le respondí:

-Brynhild, caminas como si quisieras que entre los dos hubiera una espada en el lecho.

Estábamos de golpe ante la posada. No me sorprendió que se llamara, como la otra, el Northern Inn.

Desde lo alto de la escalinata, Ulrica me gritó:

-¿Oíste el lobo? Ya no quedan lobos en Inglaterra. Apresúrate.

Al subir al piso alto, noté que las paredes estaban empapeladas a la manera de William Morris, de un rojo muy profundo, con entrelazados frutos y pájaros. Ulrica entró primero. El aposento oscuro era bajo, con un techo a dos aguas. El esperado lecho se duplicaba en un vago cristal y la bruñida caoba me recordó el espejo de la Escritura. Ulrica ya se había desvestido. Me llamó por mi verdadero nombre, Javier. Sentí que la nieve arreciaba. Ya no quedaba muebles ni espejos. No había una espada entre los dos. Como la arena se iba al tiempo. Secular en la sombra fluyó el amor y poseí por primera y última vez la imagen de Ulrica.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Tantas Caras Que
Tengo Que Olvidar



Hoy es uno de esos días, que no quieres que pase, porque temes que puede suceder mañana, porque tienes miedo, te sientes tan insegura, tan extraña, tan desprotegida y tan sola. Y sabes que será un día tremendamente difícil, donde solo quieres estar con los tuyos. Lamentablemente, con TODOS los tuyos. Sin pensar que alguien tan importante puede faltar en semejante evento, pero está fuera de tu alcance, no puedes intervenir, no puedes ni siquiera conversar sobre tal hecho, porque simplemente sería abrir la herida y no permitir que los demás olviden lo que está por venir. Nunca pensé que mi papá me fallaría en esta ocasión, él que había estado incondicionalmente, me falla, pero no porque el quiera y es lo que más me duele, sería menos doloroso que llegara y dentro de una pelea dijiera "No voy a ninguna parte, estoy harto de ti". Podría entenderlo mejor, podría aceptarlo mejor.
Y ahora que busco un abrazo que me contenga, no existe nadie capaz de entender la pena que llevo dentro hace semanas.

lunes, 20 de octubre de 2008

Se que me mira y ve
una decepción constante


Hoy me siento una inútil... no quiero hacer nada mas, solo las cosas que me gustan, me siento desesperada porque se termine esta etapa de mi vida...
Lo único que quiero es tener el cartón entre mis manos y dejar de lado todo lo que paso antes, todo lo que sigue pasando... en el pasado, respirar profundo y decir... aquí empiezo un nuevo camino y ya no me importa lo que me paso antes, ya no voy a ver más caras, no veré más caras largas... Solo espero... estar tranquila y dejar de pensar en lo que hice o no, en cuanto sufri, en cuanto llore o reí. Pero ya queda poco, solo basta decir... "Aguanta por favor AGUANTA!! que ya queda poquito"

martes, 14 de octubre de 2008

Where you are is where i wanna be.
Next to you, And You Next To Me.

Después de mucho tiempo sin escribir, logro volver a plasmar todos mis sentimientos en una simple página.

Es probable, que el que lea este blog, diga que estoy loca, que soy solo una depresiva más desahogándose en una página y en algún sentido, quizás si lo soy.

Hace un tiempo, tuve un blog donde escribí toda mi historia familiar, lo más duro que he pasado en mi vida... Pero en este momento, no necesito hacerme la víctima o algo parecido, solo quiero contar la historia de amor... de mi vida entera.

Pocas personas conocen mi concepto de amor, de lo que soy capaz de hacer por alguien que amo. La verdad es que mi forma de amar, es totalmente "Loca". Prefiero muchas veces ponerme en los zapatos de esa persona y arriesgarme yo y es precisamente lo que hago en este momento. Decidí dejar ir al hombre que más he amado en mi vida (aparte de los de mi familia), porque no es feliz aquí, porque se siente solo y necesita de sus verdaderos amigos y familia... y lo deje ir, porque sé que aquí está sufriendo... y prefiero arriesgar mi corazón, mi felicidad, por la de el. Lo peor de todo es que se va a Copiapó. Y yo aquí en Santiago, me voy a estar muriendo por verlo denuevo.

Asique lo único que queda es aprovechar estos últimos meses, seguir amando, seguir enamorándome, hasta que llegue el momento de despedirnos.

Y será el momento, en que me muera, por completo. En estos momentos, no puedo parar de llorar, no sé que hacer, para que el siga conmigo, cerca... para que no se lo lleven lejos, pero la verdad es que cada día que pienso en eso, me siento una egoísta. Y no puedo actuar asi.


/m.paz-

sábado, 13 de octubre de 2007

:(

Anoche soñe que nuestra amistad de hermanas volvía a ser la misma de antes, donde no existía ni el tiempo, ni espacio. Sólo estabamos nosotras felices y eso era lo único que importaba. Soñé que lograba obtenerlo nuevamente, pero desperté Hoy.-

Había esperado con ansias este día... un día entero para compartir juntas: pero algo siempre falla, termino diciendo que no, mira la hora, mis ganas se desvancen lo siento =(... y te terminas llendo. Y bueno, ahora no puedo parar de llorar.

No, no es interés material, sino por ti, no sabes cuanto quiero que volvamos a ser así como antes, siento que ya no existo para ti, siempre que intento acercarme me tratas mal, me mandas a hacer cualquier cosa o simplemente me ignoras y las veces que estamos bien, intento hacer cualquier tontería para que no me dejes, para que te quedes conmigo y eso funciona, dos horas. Los fin de semana te vas y no te veo hasta el lunes en la mañana que ni hablamos, que no hay nada.

Es que no siento que seas mi hermana-mamá ya, porque me dejaste de lado, de un momento a otro ya no te importé mas y me cambiaste... por un mundo donde yo ya no cabía y aquí me quedé, sin ti... y llorando porque no puedo hacer nada más.-

Pese a todo esto, te amo, como nadie, y daría todo por tí hermana.

/M.Paz ♥